Las mafias enseñan a los inmigrantes a nadar para que logren el sueño europeo
Desde Marruecos hasta las costas de Ceuta
El ingenio de las redes que trafican con los seres humanos no suele tener límites y el nuevo método para la introducción de inmigrantes de forma irregular en España es enseñarles a nadar para que intenten llegar desde Marruecos hasta las costas de Ceuta, logrando así su sueño europeo.
Más de 30 inmigrantes subsaharianos han sido detenidos en los dos últimos meses cerca de las aguas de Ceuta cuando intentaban la travesía a nado desde las costas marroquíes, aprovechando principalmente las horas de la madrugada, según los datos aportados por la Guardia Civil. Muchos de estos inmigrantes suelen llegar a las inmediaciones de la frontera con Ceuta sin saber nadar, por lo que antes de realizar la travesía clandestina se entrenan en las playas de Marruecos junto a improvisados monitores de natación que les dan unas nociones básicas.
La Guardia Civil tiene constancia, por el testimonio de algunos de estos inmigrantes, que reciben las clases en los días previos al cruce clandestino, después de ser informados de la dificultad de acceder por tierra por la vigilancia en los 8,2 kilómetros de perímetro fronterizo terrestre.
Los inmigrantes han optado por sustituir las alambradas por el mar, al estimar las redes de tráfico de inmigrantes que se trata de un método más sencillo y menos arriesgado, según ha informado un portavoz policial.
Una distancia de menos de quinientos metros separa las costas marroquíes de las ceutíes para que los inmigrantes puedan continuar el sueño europeo, después de su largo periplo por los países africanos.
La mayoría de los pases clandestinos a nado suelen estar protagonizados por inmigrantes de países como Guinea, Sudán, Costa de Marfil o Liberia y no hay término medio de duración de la travesía ya que un inmigrante de Guinea aseguró a la Guardia Civil haber empleado más de una hora para llegar a las costas de la ciudad.
Además, los inmigrantes suelen estar acompañados por elementos habitualmente utilizados en las playas como aletas o flotadores, además de otros elementos flotantes que les son entregados por las redes ilegales.
Si el inmigrante quiere llevar un traje de neopreno el pase se encarece ya que esta pieza suele costar unos 300 euros y luego tiene que ser dejada en la misma playa, donde es recogida por otro miembro de la organización ilegal, nos cuenta un inmigrante subsahariano que permanece en el Centro de Estancia Temporal (CETI).
El sueño europeo de la inmigración irregular pasa ahora por saber nadar o al menos mantener a flote en el agua.
Fuente agencia EFE
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