28/4/08

La Diputación de Gipuzkoa pedirá "medidas correctoras" para los menores extranjeros reincidentes

Sólo 14 de los 180 menores tutelados son “conflictivos”, según la Diputación, pero estigmatizan al colectivo
Comienza a establecerse en buena parte de la sociedad guipuzcoana una asociación de ideas que vincula menores inmigrantes con delincuencia, un binomio que no responde a la fotografía real del fenómeno migratorio y que la Diputación entiende que hay que atajar cuanto antes.
El caudal informativo de los últimos tiempos es bien conocido, el mismo que recoge un sinfín de episodios “antisociales”, situaciones que a fuerza de repetirse despiertan recelos y contribuyen a conformar una imagen quizá un tanto distorsionada.
Basta echar mano de un dato para demostrarlo: tan sólo 14 de los 180 menores extranjeros no acompañados tutelados actualmente son reincidentes en ese tipo de comportamientos. Están repartidos en cinco de los 30 centros con los que cuenta actualmente el territorio. “No son más”, asegura tajante Jose Ignacio Insausti, director foral de Infancia y Juventud. Menos de un 10% que, sin embargo, estigmatiza a todo el colectivo. ¿Qué hacer con ellos?
La solución no es fácil. Estos menores presentan serios problemas de adaptación y continúan una errática singladura, lejos de los objetivos de reinserción previstos y en centros de acogida abiertos que se sitúan en las antípodas de la contención que precisan. “No entienden el proyecto educativo que se plantea”, detalla el director foral.
Las medidas judiciales aprobadas hasta ahora con este 10% de chavales se ha convertido en pan para hoy y hambre para mañana, y es ahí donde la Diputación quiere hincar el diente, para lo cual tiene previsto solicitar en los próximos días una reunión con la Fiscalía y el juez de menores con el fin de trasladarles la letra pequeña de su inquietud.
centro de reforma En concreto, el ente foral quiere hacerles partícipes de la necesidad de adoptar “algún tipo de medida correctora, como puede ser el ingreso en algún centro de reforma, y evitar así el sentimiento de impunidad” que existe. Tal y como precisa Insausti, “acabar con esa sensación de que hagan lo que hagan, da exactamente igual porque no va a tener consecuencias”. El encaje de esta pretensión, en cualquier caso, encuentra un escollo importante en el hecho de que buena parte de estos chavales tiene menos de 16 años, un edad con la que la Ley del Menor se muestra especialmente condescendiente.
Se da la circunstancia de que desde comienzos de año y hasta el 17 de abril, 28 de los menores atendidos tenían menos de 16 años. La media del promedio del conjunto se sitúa en torno a los 15,4 años.
Pero la Diputación tiene una segunda cuestión que trasladar a la instancia judicial: algunos de los menores “más problemáticos” rozan actualmente la mayoría de edad, una situación que “se escapa” de la competencia foral y será trasladada también a la Fiscalía en la reunión prevista.
capítulo prioritario Aunque parezca mentira, hace cinco años Gipuzkoa contaba con dos centros de acogida, uno de urgencia, en Urnieta, y otro residencial, en Martutene, en el que se repartían los 40 menores extranjeros no acompañados que recalaban por aquel entonces en el territorio. Un lustro después, la cifra se ha disparado de tal manera que para finales de año se espera que haya 250 residentes que, si todo funciona sobre lo previsto, se repartirán en unos cuarenta centros.
A día de hoy son 30 los servicios de acogida de menores, compartidos entre extranjeros y autóctonos, y para finales de año se abrirán diez más. “El departamento ha asumido la protección a menores como un capítulo prioritario al que se destinarán todos los recursos necesarios”, asegura el director foral, quien incide en las 380 medidas legales que se prevé que se tomen para fin de año, “todo un récord histórico”.
Los recursos específicos que precisa este número creciente de inmigrantes no acompañados supone un reto de futuro, y el departamento foral se mantiene a la espera de los resultados de un estudio que está realizando una comisión de expertos de la Universidad de Oviedo. Esta evaluación, junto al decreto de centros de acogida que aprobará en breve el Gobierno Vasco, marcará las líneas maestras de los servicios que se prestarán en un futuro.
centro terapéutico
Gipuzkoa, en cualquier caso, cuenta con un centro terapéutico para menores que presentan mayores conductas antisociales, un servicio “esperanzador” que está en marcha desde hace dos meses y que actualmente cuenta con ocho residentes que se elevarán a diez en breve.
Los menores de este centro especial están dando una respuesta satisfactoria. La fase de adaptación está siendo buena y, según describe Insausti, han empezado a interiorizar que se les está ofreciendo una serie de posibilidades a las que ellos mismos renunciaban. “Hasta ahora no han valorado el esfuerzo que realizan por ellos los educadores y la Administración, una reflexión que han empezado a hacer”, insiste el director foral.
En cualquier caso, los servicios sociales de base representan siempre la puerta de entrada para este tipo de situaciones de desprotección. Es por ello que la Diputación se ha propuesto habilitar “una red de interrelación permanente con los ayuntamientos”.
Publicado en Diario de noticias de Gipuzkoa, jorge napal,

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