El voluntariado sigue en auge pese a los escándalos en ONG
A Unamuno se le atribuye la sentencia de que el único egoísmo aceptable es el de propiciar el bienestar de los demás para sentirse mejor uno mismo. Esa podría ser la máxima de cada vez más personas que dedican tiempo y esfuerzo a algún tipo de voluntariado, un fenómeno que no deja de crecer en España y al que se incorpora con fuerza el sector de los jubilados. A pesar de los casos de corrupción registrados el año pasado en Intervida y Anesvad, tanto el número de voluntarios como el de socios cotizantes de las ONG no ha dejado de aumentar.
Según la Plataforma del Voluntariado, alrededor de 1.100.000 voluntarios trabajan en el campo de la acción social, que reúne al 85% de los voluntarios españoles. El profesor Antonio Gutiérrez, catedrático de Servicios Sociales de la UNED, va más lejos y sitúa la cifra total en el 12% de la población española (más de cinco millones de personas) y aventura que si se tradujera en horas pagadas constituiría un 4% del Producto Interior Bruto (PIB). "El número de voluntarios en las organizaciones de desarrollo pertenecientes a la Coordinadora ha crecido en el último año alrededor de un 10%, aunque la cifra exacta probablemente sea superior", estima Mercedes Barbeito, miembro de la junta de Gobierno de la Coordinadora de ONG de Desarrollo (Congde), que integra a más de 400 ONG (entre las que no figuraban Anesvad ni Intervida).
No sólo los voluntarios. También aumentan los socios y donantes, los que aportan su dinero a las ONG, y ello a pesar de los escándalos recientes. "Las noticias sobre corrupción tienen el efecto colateral positivo de animar a las personas a informarse mejor sobre la organización a la que van a dar su dinero", asegura Barbeito. Miguel Angel Blanco, coordinador de Asamblea de Cooperación Por la Paz (ACPP), apunta que "en las organizaciones medianas apenas nos ha afectado, pero sí notamos que ahora hay que dar más explicaciones. Cuesta más que alguien se asocie".
"A la hora de meterse en apadrinamientos la gente se lo piensa un poco más. La figura del apadrinamiento ha quedado desprestigiada", asegura Blanco. "La tendencia del voluntariado es claramente al alza", asegura Carmen Laviña, presidenta de la Plataforma del Voluntariado, que apunta a la incorporación reciente de nuevos perfiles: si antes el voluntario tipo era mujer universitaria de 25 a 35 años, ahora empiezan a incorporarse muchos jóvenes y jubilados.
Este sector de la sociedad, en opinión del director del departamento de Sociología de la Universidad de Sevilla, Eduardo Bericat, es uno de los que más crecerán en el futuro. "Son personas expulsadas de los mercados de trabajo cuando aún tienen expectativas de vivir 25 años más, y algunas de ellas muy cualificadas", explica Bericat.
El auge del voluntariado se produce en tiempos de una menor participación política si se compara con lo que ocurría hace treinta años. "En la política de partidos las medidas se diluyen en el enfrentamiento", argumenta el sociólogo Rafael Prieto, de la Universidad Complutense de Madrid. "Hay interés por provocar transformaciones en una sociedad que se considera injusta. El voluntariado permite la satisfacción de ver resultados concretos", añade Prieto.
La satisfacción personal como motivación ha sido estudiada también por el profesor Bericat, que asegura que la autorealización personal es una "retribución emocional" que compensa el trabajo realizado. "Las personas que realizan un voluntariado están más satisfechas con su vida, tienen un tono vital más positivo", afirma Bericat.
Según la Plataforma del Voluntariado, alrededor de 1.100.000 voluntarios trabajan en el campo de la acción social, que reúne al 85% de los voluntarios españoles. El profesor Antonio Gutiérrez, catedrático de Servicios Sociales de la UNED, va más lejos y sitúa la cifra total en el 12% de la población española (más de cinco millones de personas) y aventura que si se tradujera en horas pagadas constituiría un 4% del Producto Interior Bruto (PIB). "El número de voluntarios en las organizaciones de desarrollo pertenecientes a la Coordinadora ha crecido en el último año alrededor de un 10%, aunque la cifra exacta probablemente sea superior", estima Mercedes Barbeito, miembro de la junta de Gobierno de la Coordinadora de ONG de Desarrollo (Congde), que integra a más de 400 ONG (entre las que no figuraban Anesvad ni Intervida).
No sólo los voluntarios. También aumentan los socios y donantes, los que aportan su dinero a las ONG, y ello a pesar de los escándalos recientes. "Las noticias sobre corrupción tienen el efecto colateral positivo de animar a las personas a informarse mejor sobre la organización a la que van a dar su dinero", asegura Barbeito. Miguel Angel Blanco, coordinador de Asamblea de Cooperación Por la Paz (ACPP), apunta que "en las organizaciones medianas apenas nos ha afectado, pero sí notamos que ahora hay que dar más explicaciones. Cuesta más que alguien se asocie".
"A la hora de meterse en apadrinamientos la gente se lo piensa un poco más. La figura del apadrinamiento ha quedado desprestigiada", asegura Blanco. "La tendencia del voluntariado es claramente al alza", asegura Carmen Laviña, presidenta de la Plataforma del Voluntariado, que apunta a la incorporación reciente de nuevos perfiles: si antes el voluntario tipo era mujer universitaria de 25 a 35 años, ahora empiezan a incorporarse muchos jóvenes y jubilados.
Este sector de la sociedad, en opinión del director del departamento de Sociología de la Universidad de Sevilla, Eduardo Bericat, es uno de los que más crecerán en el futuro. "Son personas expulsadas de los mercados de trabajo cuando aún tienen expectativas de vivir 25 años más, y algunas de ellas muy cualificadas", explica Bericat.
El auge del voluntariado se produce en tiempos de una menor participación política si se compara con lo que ocurría hace treinta años. "En la política de partidos las medidas se diluyen en el enfrentamiento", argumenta el sociólogo Rafael Prieto, de la Universidad Complutense de Madrid. "Hay interés por provocar transformaciones en una sociedad que se considera injusta. El voluntariado permite la satisfacción de ver resultados concretos", añade Prieto.
La satisfacción personal como motivación ha sido estudiada también por el profesor Bericat, que asegura que la autorealización personal es una "retribución emocional" que compensa el trabajo realizado. "Las personas que realizan un voluntariado están más satisfechas con su vida, tienen un tono vital más positivo", afirma Bericat.
Publicado en http://www.elpais.com/
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