El tratamiento institucional de los menores que cometen delitos antes de los 14 años
La LO 5/2000, reguladora de la responsabilidad penal de los menores ha obligado a las comunidades autónomas no sólo a asumir la responsabilidad de responder a los menores de entre 14 y 17 años que cometen delitos, sino también a trabajar formal y preventivamente con los menores de 14 años que delincan. La propia legislación de menores establecía la necesidad de trabajar con estos menores de 14 años desde los servicios de Protección de la Infancia; una institución que hasta el momento trabajaba con esquemas clásicos de desprotección de la infancia y abandono familiar y no sobre situaciones de riesgo social.
El objetivo de este trabajo es sacar a la luz una realidad apenas conocida en el ámbito español: la de los delitos cometidos por menores de 14 años y las medidas desarrolladas en este tiempo por las instituciones que trabajan con ellos. En él se muestran los resultados de una investigación empírica realizada en tres comunidades autónomas españolas: Aragón, Andalucía y Castilla-La Mancha, en la que se han analizado el 25% de los expedientes de menores que cometieron un delito a lo largo del año 2004 y en la que se ha entrevistado a expertos del ámbito jurídico y social que trabajan con esta población infantil.
El objetivo de este trabajo es sacar a la luz una realidad apenas conocida en el ámbito español: la de los delitos cometidos por menores de 14 años y las medidas desarrolladas en este tiempo por las instituciones que trabajan con ellos. En él se muestran los resultados de una investigación empírica realizada en tres comunidades autónomas españolas: Aragón, Andalucía y Castilla-La Mancha, en la que se han analizado el 25% de los expedientes de menores que cometieron un delito a lo largo del año 2004 y en la que se ha entrevistado a expertos del ámbito jurídico y social que trabajan con esta población infantil.
1 comentario:
degulas martínez dijo
Va haciendo falta una gran movilización. Es patético como se está hipotecando el futuro de la gente de este país. Llevamos años empeñándonos. Literalmente. Los sueldos no suben sino que están bajando cada vez más. Se llenan la boca los responsables y gobernantes hablando de vivienda y lo que no se atreven a cambiar es el sistema de redistribución de la “riqueza”. Las empresas ganan y ganan a costa de los trabajadores que hoy en día corren riesgo, simplemente, de convertirse en los más engañados.
No nos olvidemos que el consumidor es hoy día un trabajador con una seguridad “social”. Estamos perdiendo eso mismo: la seguridad social. Mientras, también hay trabajadores (o posible excente de la propia lógica del mercado neoliberal que impera), que ni siquiera forman parte del colectivo con posibilidades de votar a los que mandan sobre su economía y orientan su vida, pero trabajan sin seguridad social y sin seguridad de subsistencia más allá de dos días como mucho. Este “excedente” se está convirtiendo a su vez en “resto”, es decir, lo que hasta hace poco hemos denominado “lo excluido”. Pero por desgracia no acaba ahí la cosa porque existe otra categoría para una gran parte de la población mundial, que no son vistos por nadie ni como trabajadores, y menos aún consumidores, ni ciudadanos, ni siquiera son “categorizables como excluidos; y solamente hay que mencionar África.
El resto estamos cayendo poco a poco en un puro y mero control por parte de las fuerzas de seguridad del estado. Pero claro, esto sale muy caro y entonces se impone y se potencia el propio “autocontrol” de los propios ciudadanos hacia sí mismos y hacia el resto. Es cierto. El Panóptico, como aquel complejo Benthiano donde un vigilante en una torre controlaba sin ser visto a los presos en celdas situados en círculo con las celdas abierta sabiendose vistos sin ver al vigilante, es ahora postpanóptico y los vigilados son al mismo tiempo vigilantes de los propios vigilados.
Por esta razón no extraña que cada vez exista mas nº de empleos mal remunerados en el ámbito de lo social, lugar en la cual podemos incluir el “sobrante” de la lógica neoliberal que ha dictado el “sálvese quien pueda” (de ahí que lo políticos sostengan sus propuestas en mantenerse a toda costa en sus propias estructura de gobierno del propio partido político). Por eso en lugar de invertir más en educación (que saben que es el capital de la ciudadanía y el estado de derecho), y en profesionales sociales (sustituyendo esa inversión en políticas de propaganda y urbanismo), se apuesta porque todo “el mundo” desemboque en lo social para trabajar con los que ya están dentro de los cuasi excluidos”. Es decir, se pretenden vigilantes y controladores de conductas y actitudes, de pobreza y potencial peligrosidad desde la perspectiva que impera en la política general de hoy (Inmigrantes sobre todo). Y esta es una tendencia tanto la del PP como la socialista (unos dicen España va bien) y el otro dice “la economía va bien). Si no, de qué van a ponerse a privatizar servicios sociales, que conlleva dejar al ciudadano a la suerte de ONGs que pagan 800 euros por atender, no ya digo el ocio de la tercera edad y discapacitados, sino la propia gestión de tutelas de niños de protección (no hay más que ver cuanto se dejan las CCAA en estos niños y compararlo con la media de gasto por hijo de una familia “normalizada”.
Denuncio: que existe una comnivencia entre los poderes públicos estatales y de la CCAA para ahorrar dinero a costa de la educación de los ciudadados y su asistencia social (No hay mas que mirar los datos y hacerselos entender a la gente, cosa de la que los políticos pasan y los cada vez mas ingenuos ciudadanos, sobre los cuales no se aumenta el gasto directo en políticas de formación y de adquisición de cultura, también). Denuncio que tras esto se empiezan a palpar los efectos poco a poco (la gente vive en casas compartidas y trabaja en tres trabajos a la vez, rezando para no ser despedido y tragando cada vez mas). O sea, se empieza a palpar la pobreza, sobre la cual se actúa al mismo tiempo enviando agentes de control social camuflandose esto en propaganda de solidaridad (voluntariado), caridad (beneficios empresariales para calmar conciencias) y beneficencia (beneficio del “alma” para pagar el acceso al cielo), lo que significa la desresponsabilización total por parte de los políticos actuales de la función que en su nombre representa el estado de Derecho:
Algunos ya vemos que ser “controlador” de la pobreza, cobrando 800 euros al mes, es un “puesto de trabajo digno”. No caigamos en esa trampa.
Campaña NO SOMOS TONTOS. Movilización YA.
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